COMO quieras… ¡Perro ámame!

Atrévete a conocer esta entretenida historia, con funciones los días jueves, viernes, sábado y domingo en el Teatro Renacimiento y Teatro Sogem Wilberto Cantón

Esta puesta en escena nos cuenta una divertidísima comedia romántica, la historia de Samantha, una mujer cuarentona divorciada y no muy conforme por como la ha tratado el amor, así que decide escribir un libro en el cual compara a los hombres con Perros.

Por otro lado encontramos a Max, un galán arquitecto que fue engañado por sus últimas novias, por lo que no entiende que pasa con el mundo de las mujeres hoy en día.

Una noche Samantha y Max sin saberlo coinciden en un restaurante donde a los dos los dejan plantados sus citas. Max se da cuenta de la presencia de Sam, y al concluir que a los dos los dejaron plantados la invita a cenar para desahogarse y tratar de hacerla sonreír.

Todo comienza a tornarse divertidamente complicado cuando Samantha se da cuenta de que él es muy joven para ella y a la vez Max percibe un odio de Sam hacia todos los hombres en general.

La obra avanza a medida en que Sam y Max durante sketches cómicos tratan de desenmarañar los secretos que oculta el poder tener una relación estable cuando tanto los hombres como las mujeres son un dolor de cabeza.

Esta obra presenta un panorama contrastante de cómo ven las relaciones amorosas dos personas de distintas generaciones y la forma de pensar del sexo opuesto.

Ellos reviven sus historias personales representando a las parejas que han tenido durante su vida sentimental por medio de temas de grandes artistas como Mijares, Manzanero, Yuri y Ricardo Montaner, entre otros, y música de los 80 y 90.

El encuentro de estos dos personajes pasa de ser seria a divertida, con momentos tristes y otros muy festivos, es un sube y baja de emociones.

¿Será que como en todo cuento de hadas la princesa besa al perro al final? ¿Se darán el chance una vez más de creer en el amor?

Ya sabemos que “en el amor no hay garantías, solo posibilidades”. Pero al final encontrar el amor no está tan perro ¿o si?